noviembre 30, 2011

(1:43)


 “El lenguaje de Sidón”

Los hermanos vi con prisa salir del escenario, uno suplicando y otro con la mirada cadavérica dirigida al suelo, no me acercaré a saludarles. Sí algo he entendido desde la tierna infancia como una visionaria, es respetar el espacio de mis maestros; los sentimientos que ahora ocupan mis adentros después del éxito son otros y se dirigen a Sidón. Los amores de los dioses y el mar de los señores del cielo. Éstos sentimientos siendo nuevos en mí, han nublado mi visión. Ahora que los hermanos se esconden no puedo huir, necesito observar el fin.
Mi visión termina en la cama de un hombre, en el silencioso sollozo de una pérdida, la noche caerá y el sino humano se desgarrará, por debo permanecer aquí.
Ruidos y gritos, ovación, el hermano de mi maestro se acerca con un hilo rojo en su nariz, corre suavemente, me observa y se sienta junto a mí, observa mi cabello rojizo, los labios tímidos, mis ojos fríos enfrentando a los suyos, no, ha muerto un lazo, una fe en mi trabajo, el arquitecto de mis visiones.

Su voz suave y aguda por fin rompe el aura, no sin antes darme cuenta de los sentimientos anteriores que de mí nacieron... olvidé por un momento mi don.

¿Sabes cuál es la historia del lenguaje de Sidón?”
Nuestras voces al unísono pronunciaron la misma pregunta, sus ojos por un momento destellaron miedo pero después de él una sonrisa nació... “Te la he de decir Aramea, tu jade en ojos nunca han de verla antes”
Tenía razón, yo visionaria, muero en la sublimación de la perfección del poeta.

noviembre 29, 2011

(1:42)


 “Sol no esta hoy”

Ahí esta el Vir. Con su caballo galopeando el monte , buscando a Lucrecia, sí él supiera las intenciones del Círculo Lunar para sobornar el destino... hoy nació el primer demonio, hija de un Dios callado. Su madre fallecida sobre la madera del suplicio a venganza del pueblo que amó; que dio su carne y su fe para alimentar. La niña creció aprendiendo a dar noche, motivando los sueños y a todo poeta que en las sombras enloqueció. Ahí esta el Vir. Besando el cuerpo dorado de Lucrecia; el pergamino de sus pechos a sus ojos. Lucrecia con su labio acariciando la mano de nuestro señor. El verde camastro envuelto en rosas, en vida muere bajo dos cuerpos divinos. Dos gotas de sudor recorriendo el firmamento de amores, nadie escucha, nadie observará. Nadie ha pensado en ti demonio, hija del mudo divino y de la puta martirizada. No hay visionaria tan severa que pueda percibir los sabores de azufre al rozar dos lenguas, mil árboles en rojo se teñirán y las dagas hoy no se usarán. Ahí esta el Vir. Cargando a Lucrecia, elogiando todas sus sorpresas. El Vir regresando a su tierra de maderas, es posible que nunca vuelva.
Me pregunto yo, sí sol hablará a mí.
Sol no esta hoy” la voz detrás de mi susurra.
Pájaros huyendo, corazón latiendo, tardes próximas, la unión del dolor con la sangre hirviendo, miedo, hielo negro por las venas de mi cuerpo, terror nacido, suspenso adentro, sol ha muerto.

(1:41)

 “El ingenioso”


Crelios pinta el cielo con sus manos extendidas haciéndonos observas las lágrimas que se provocan al pensar lo que su alma ve, en una mística perspectiva donde todos son la micro sensación de partículas de información del cosmos oyente y educado con los patrones que se le otorgarán al hombre, ningún discurso sé es hasta que éste pasa por la boca del gran Noshjertalu para ser ser expresado en palabra, es por eso que las ideas en el proceso de categorización y expresión en la mente al plano físico se convierten en impredecibles virtudes y talentos, alguien más lo ha regalado.
Es mediante ése criterio, según las palabras de ingenioso Crelios, que nuestro conocimiento es auto referenciado y nunca más ser superado por el hombre, ningún destello avanza más y el hombre se deprime y oscurece; por ello el hombre nunca será inmortal pues no hay motivos para hacerlo, nunca se ha visto a un mortal serlo, no necesita el hombre tampoco saberlo. Las lágrimas provocadas son el exhausto tormento de las sábanas del mundo que han de ser pintadas para nunca ser tocadas.

octubre 19, 2011

(1:40)


Los anteriores momentos del aislamiento”

Cuando pude escuchar la despedida de mi hermano Pintia a través del público efusivo por nuestro último éxito en la vida, mi cabeza no permitía aceptar que los lazos de sangre podrían hervir lo suficiente para darnos la espalda y nunca volver a vernos... Sí yo les contará nuestra historia, la fórmula perfecta en nuestra creación, ¡cuanta desconfianza vino a aparecer entre los dos! Que mezquino puede ser nuestro corazón cuando la superficie de nuestros intereses es atacada por la idea de comunión, este cuerpo individual asesino de amor, de hermandad, disimula los dolores y las angustias, artífice de perfectas máscaras... de sonrisas falsas y ojos claros que se secan, la humedad impartida por los sentidos de las despedidas sin voces, sin aliento... ¡pobre de nosotros!
Pero habrá luz... alguna voz escuchará nuestras súplicas. Y los anteriores momentos del aislamiento de mi hermano... de la locura que se comió su cuerpo para digerirlo en un pequeño esqueleto al cual yo también estoy destinado en este momento, serán revelados y encontrarán a nuestro culpable, guardián de las nubes y roce de vientos negros... el señor que juró regalarnos la vida en cada amanecer.
Y estaremos juntos hermano, escribiremos odas y soberbios sonetos, reiremos del pasado pues a pesar de tu cuerpo no estar y mi alma querer morir para darte un aire en tu boca...yo te siento vivo, vivo en mi, en la mesa de mi casa comiendo el pan de mi esposa, tus manos sucias partiendo en dos el cálido centeno, la carcajada arrebatada al silencio y ¡ay hermano!, tu abrazo de confianza hacia mi espalda o la palmada de amor entre sangres.
El mundo se desmorona, al parecer los cielos caen y el fuego nace de nuestros árboles, el mundo se desnuda como es, pero yo mantengo fe que si no respiro ahí estarás... con tu sonrisa burlona hacia mi incredulidad, esencia, cuerpo, alma, espíritu, sonido, aura, energía, ahí estarás para preguntarme sí encontré la calma de mi tempestad y el delirium de mis mejores días. ¡ay hermano! ¡murió parte de este hueco cuerpo al no pedirte perdón nunca más por mi error! ¡ay mi sangre!

octubre 11, 2011

(1:39)


Pintia se ensucia las lágrimas del frío en Ilmel”

Ha dejado el arte este hombre con naturaleza virtuosa, pobre del tiempo que perderá en encontrar el límite de su cordura por no tener la libertad de crear ese escenario de ciudades peculiares o el ingenio de fuegos atormentadores imposibles de convertirse en salvajes a pesar de cien danzantes en un mismo escenario; Pintia ha abandonado su humor de oro que le había logrado obtener todo reconocimiento de la idílica superficie donde se desarrollo su carrera. Perdió todo. Le queda el frío de mañanas silenciosas, poco interesantes, que le hagan renacer en aventura. Pintia no muere tampoco.

Hace unas horas escribió el par de semanas las cuales tiene para vivir antes de morir; el mundo se viene abajo para las ciudades del idílico, pequeñas cenizas cubren los jardines, las gotas de lluvia se intensifican hasta quebrar los muros que sostienen los hogares del pueblo, violencia injustificada, espacios temporales abiertos, polvo estelar perforando la vida, naturaleza viva quebrando sus propias ramas, el gris se adueña de las nubes... Unas páginas escritas por el director más grande que se esconde en el mausoleo de la ciudad, en un pequeño cuarto, con una pequeña mesa y una roca como almohada.

Su espalda quebrada y cortada con pequeños espacios profundo rojos, hacen la visión de un cadáver sucio esperando su último rezo. Pintia se hunde en el suelo para no asomar su mirada hacia pequeñas tramas de su ilusión, no permite observar las imágenes de fantasmas en el final de los tiempos, en la transición del tiempo y el espacio; los pequeños fragmentos de su memorial están siendo devorados por la madre de la oscuridad, la circunstancia final donde todos llegarán y tendrán que cerrar los ojos. El fin de su mundo sólo tiene una explicación, ahora que lo sabe se pregunta si debió retirarse días atrás de su profesión, sí Sintios lo habrá perdonado por abandonarle... el trato que le dio a su visionaria para que no lo siguiera...

El mundo lo mantuvo con un nudo en el pecho, apretaba de momentos para hacerlo tener tristeza, tanta soledad que emana de sus ojos a pesar de satisfacer su entorno, malditos son lo seres humanos cuando la emoción los arrebata del suelo para azotarlos hasta matar; no hay lenguaje que describa los pensamientos finales del tiempo, pocas interpretaciones son acertadas y muchas otras son pequeñas dagas traicioneras, ahora Pintia se ensucia las lágrimas del frío en Ilmel, la diosa que alguna vez amo.

octubre 10, 2011

(1:38)



Quisiera entender más sobre el sentir”

Tengo tantos miedos a tenerte en mis brazos y que tu cuerpo bello se vuelva humo en mis pulmones, que se contamine mi persona con tu ausencia, nunca he de querer perderte, nunca he de querer olvidarte. Pero entra la ansiedad por mantener el control de mi corazón; una descomposición del orden se apodera de mi razón para no entender que pasa dentro de este enamorado hombre, creo que te quiero más de lo que tu entenderás y podrás entregar hoy. Si supieras que te necesito a mi lado como el pilar de mis pasos, que cuesta trabajo confesar todos mis miedos a perderte y los sentimientos que nunca he podido yo vivir; si supieras la ilusión de mi pecho el sentir la sangre cuando tus labios me regalan un beso, el mundo no querrá entregarnos eternidad pero juro luchar por ella. Soy un enamorado que piensa en los finales porque me motiva sólo sentir que hoy estas conmigo, porque la felicidad crece al que tú me des un buen día o que tu ojos penetren mi alma, si quisieras mi mundo sería tuyo.

El temor de algún día yo partir sin ti es la idea más dolorosa de mi espíritu sufrir, que este camino se alimente de las memorias y las risas amarse, enamorarse. Vivo por tu abrazo y tu intento de mantenerme parado a través del paso de los días, entiendo tu esfuerzo por las cosas que no comprendes de mi pero perduras como monumento a mi seguir.

Es que sí supieras... la locura irradiare de felicidad que produces en mi, si supieras la explosión del corazón al verte sonreír, no importa romper en fragilidad cuando te observo y considero que mi mayor valentía es amarte a ti.
Sólo tú me conviertes en un mar de celos... en un niño inseguro, un inmaduro. Que me domina el amor. Los días se van oscureciendo, para conocernos por dentro. Y sí esta vida tan corta que es me dirige a errar busca un perdón, que yo buscaré redención.
Quisiera entender más sobre el sentir, como amarrarlo y aprender a utilizarlo, que no me domine. Mucho miedo percibo en tu oscuro movimiento, no encuentro el camino; eso es lo que amo. Eso es lo que odio de mi. Sólo ámame que yo te responderé con mi compañía, con mi mano sobre tus días. Quiero creer en ti, dame el confort de enredarme sin estrangularme, sin llorar por tantos dolores, sequemos nuestras lágrimas y hazme entender que tu estas en mi camino. Aramea de letras estudiadas.

octubre 04, 2011

(1:37)


Antes de la disolución, la historia de la consumación”

El mundo no nos pertenece tal y como se formo; aún no entiendo de donde proviene el daño natural de la maldad en el humano. No comprendo que tan permisivo puede ser el acto destructivo de la mente, de los pasos que da este ser vivo que constituyó su esencia a partir del progreso y la razón.
¿Qué es la razón? Sólo observo el daño que nace con la cría hasta el maltrato en vida en cada día de un pequeño que no entiende porque debe sufrir. ¿Por qué nos maltratamos? Nuestras manos deberían servir para construir no jalar o crear marcas eternas en la piel de otro igual. Presumimos de la sangre que nos une pero no tememos en perderle valor cuando la derramamos. Nuestra maldad respira cuando tomamos nuestro primer aliento y atestiguamos la primera luz de una próxima oscuridad.
Digo esto antes de la disolución, la historia de la consumación del cuerpo; del pecado como valor estricto de no permitir daño. La consumación...

Parto de mi reflexión para contar en este pequeño lapso la historia terrorífica de Aramea, la visionaria de Pintia y la hermana espiritual de Garcilaso, prima del sabio Crelios y amor del mismo infortunio.

Creo que no se le puede acusar a nadie de maligno cuando el deseo nace y se convierte en el juego de miradas o las maniobras de una mano rozar otra, crear ese contacto que pueda gritarle al otro que lo necesitas; que sepa de tu desesperación de saciar tu boca en sus labios o acariciar la piel, pegarla a tu cuerpo y fundir tus manos con su sexo. Nadie puede ser culpado de enamorarse ni entender su perversión como amor cuando en realidad es sólo deseo de dominar el juego y hacer pertenecer los besos del otro. La soledad te hace pelear contra la moralidad y la ética de siglos atrás, no entiendes porque las cosas deben ser de esta manera, como un pequeño diario de intrigas que se esconde en los brazos de estudiantes o debajo de las uñas del ladrón, el nacimiento de la obsesión es también descubrimiento en la capacidad de necesitar algo que nos satisfaga. En este caso, lo terrorífico no es la sangre de un cuerpo recorrer el suelo de su cama hasta llegar a las fronteras de la puerta y el pasillo; no es la mentira viperina del corazón o apegarse hacia una empatía, dejar ir o irse.


Cabello claro y ojos tristes, piel mojada por los rayos del sol; combinada por un dorado y una oscuridad gradual a lo largo de sus hombros que evidenciaba su blancura en sus mejillas, misterioso aroma, de manos largas pero cariñosas en su tacto, una sonrisa a veces absurda pero que curiosamente pintaba admiración en sus largos ríos de miel; piernas delgadas y ligeras cuando corría por un verde lienzo o el ladrillo del pueblo, cuerpo equilibrado esbelto con humildes trazos en su simetría, a veces niña, a veces deseo. Rostro serio que costaba de un sonreír, voz no grave menos aguda, labios delgados rosas, de pensamientos pesimistas, sensible y tierna, el bronce por fuera como escudo ante el alma, silenciosa en su sentir y explosiva por su libertad; hacían de Aramea un divino fruto original entre los campos idílicos en los teatros de nuestra ciudad.

Diseñaba pintora de amores en los lienzos de su casa, manzanas rojas y rosas estrellas en el cielo pegaba con sus manos posicionaba a los signos de Ofiuco y Andrómeda; Sus damas de negros cabellos vestía para sonreír las hacía mostrarse en amor escénico o amistad de sangre enlazaba; Aramea un diamante en su arte y mi más grande amor. No sabrían entender lo que sus abrazos y labios dejaban en mi rostro atormentaban. Era imposible obtenerla y la tenía sin embargo, su dormir en brazos contra el deseo de obtener su alma y tomarla... Aramea... cuanto cuidaba tus lágrimas y los movimientos de mis besos en tus mejillas, en las comisuras esperaba encontrar por error la virtud de devorar tu amor. ¡Soy una bestia!
He hablado de la visionaria, el implemento de un humano como herramienta de creacionismo para el artista, distinto a una musa o modelo de cuerpo desnudo; la visionaria es un regalo, exclusivamente un sujeto de visión, es el proyecto de las ideas caóticas del pensador, quién las clarifica y ordena; procesa el arte en pequeños trazos y difunde la esencia del autor en su respectivo producto. Aramea no es un objeto, no puede ser pensada de tal manera; es un privilegio y una virtud por la cual ella ha decidido permanecer en los textos de Pintia, es su visionaria.
Ojala fuera mi visionaria... que pudiera ser mía, pero es inaceptable que podamos vernos fuera de este cuarto, cuarto de texto que escribí para exorcizar mis adentros. ¡Soy una bestia! Quiero tenerte... probarte... ¡Soy un salvaje! mátame Ilmel, aquella de amores racionados, no puedo más amarrarme a ella... es mi deseo más enfermo. mátame soy un animal. El cuerpo es un valor rico en perdición, domar su cintura y hacerle pertenecer a mis manos, su consumación en mi... ¡Soy una bestia!... soy un infortunio desamparo en las manos llenas de arena de los dioses que piden tiempo para curar mis entrañas, mi enfermedad es la obsesión por su alma.  

octubre 02, 2011

(1:36)



Esencia y planos conceptuales”

La rabia es el silencio de muchos y el triste sendero de la nostalgia atraviesa a la mente como cristales donde tanto reflejo en perspectivas atormenta al espíritu que alguna vez necesito expresarse para entenderse como esencia propia y no superior dentro de los planos conceptuales de la misma raíz que hace a los humanos.

Un suplicio que próximo es para no dejar de permanecer agudo arrancando la piel y sofocando mis sentidos cansando los motivos para seguir adelante dentro de una rutina ontológica sobre las esencias perdurables del asombro y la interpretación absurda de las circunstancias que rodean las historias de este pobre servidor lleno de sangre vieja que no se promueve pues no es objeto de su fin la dama sino la humanidad.

No necesito seguir ningún orden o ritmo a esta edad que se clava a la tierra para no elevarse encima del mismo mar ya que el oxígeno en los pulmones de un ser sin epifanías para levantar la mano que modificará más allá de próximos pasados la bella esencia de la emotividad se ha acabo para ahogarse silenciosamente misericordiosamente como comediante de las tabernas del señor Júpiter.

He visto los dedos acosadores hacia los rostros de quién debiera juzgarles y otorgarles flores o aromas de oro he visto matar por un fingir ser a otros no he necesitado oler la carne quemarse cuando las llamas envuelven nuestros teatros porque ya conozco los propósitos de una nueva era de imitación y trasgresión hacia el cuerpo divino del teatro es el fin pero no lo sabemos enfrentar para eso yo Pintia levanto mis pies y rasuro mi barba depilo las cejas para sentir el fervor de la ira quemarme las pupilas hervir la sangre llorar sufrir heridas abrir dudas desaparecer vida soltar amor guardar silencio total.

Esencia y planos conceptuales es sólo eso como caminas y hablas o predices los errores de mi escribir hermano Sintios me apresuro y escupo las cenizas que fui testigo del pasado sobre el futuro que pocos halagan pero temen y temen porque no estaremos ahí con imitadores nos recordarán desnudos farsantes sin ojos o con las cabezas de los otros danzando en un cosmos como titanes a los dioses y dioses de titanes.










(1:35)


El caballo de jade en tus pesares”


El pequeño corazón que sufre amigo mío, tuyo. Lo cargan rocas por la mar, por sales de una estrella que flota hacia arenas se nota; ¡ay silencios! Hay de nuestros viajes tan sólo una amarga trama con largas sábanas cuyo misterio reside en el orgullo femenino. Ella es el caballo de jade en tus pesares, en tus pendientes días y horas silenciosas, ella es tu creación y la única sabia razón de tu ???. ¡Ay lamentos!.

Amaneces hiriente corazón de hielo
afilas las hojas con palabras secas

Yo, Sintios, conozco a tu Aramea; ojos de nube y guiño de sol
no aflijas tu espíritu, no lo tapices más con memorias de alcohol
Amigo, no montes caballos en llanuras secas, no juegues con piedras.
La luz de nuevos días, la niebla se disipa, vuelve a ser Pintia.

Regresa a tu mundo de obras clásica y versos diseñados al cuerpo humano, descubre los movimientos y las simetrías perfectas de los bailes en el escenario; nadie tiene tu visión divina hacia los gestos que necesitan soberbios silencios para explotar en un vapor de voces ahogadas y miradas exorbitantes, nadie tiene el oído para percibir los momentos finales de una vida acosada por el placer, nadie Pintia.

Que no te asuste el presente hermano mío
no cedas a los muertos tu miedo,
Las reglas nuevas que preceden a las nuestras
no necesitan ser atendidas maestro,
vuelve y concluye tu vida en el escenario
vuelve y concluye tu vida de intermediario
vuelve e inicia tu vida como un eterno
resplandor en el jade del galope hermano
 Sólo Vuelve para no ser olvidado.

octubre 01, 2011

(1:34)


“Con un verso mis labios se entintaron con la piel de Dulcinea...” 


Los ojos del poeta sobresaltaban en la oscuridad y sombras ondeaban su ineptitud para entender pasiones; seres iluminados por las lágrimas del arte no saben mojarse ante la tempestad divina de lo visceral, no entienden como ensuciarse con la sangre del poeta Sintios... nihilistas, cobardes.

Un aplauso... dos... ocho y después cien... la tragedia del éxito se apoderaba de los ojos de Pintia, un éxtasis al desnudo era la ovación hacia el dramaturgo, el orgasmo de chillidos por las tierras idílicas se apoderaba de las raíces del árbol... los dioses enterrados tendrían su último aliento en la vibración de las manos chocantes y violentas. El dolor de las palmas es inexistente, no se observan los músculos tensarse ni las venas aplastarse por el impacto, la sangre brota y revuelve dentro del cuerpo... de las sombras; existe júbilo. La mejor puesta teatral del poeta Sintios y su hermano dramaturgo Pintia en años...

Explícale al mundo porque ha de necesitar cortarse bajo las tenues historias de la tragedia, del patético final humano. No hay talento que improvise las siluetas naturales de una rabia contagiada ni del funesto mirar simpático hacia la muerte, las calidades se miden por tu existencia y el mismo existir de la existencia ya extinguida.

Vamos explícales.

Los actores toman vinagre, siguen el mito de la expulsión de quimeras que no permitan desinhibir la cualidad histriónica, escupen al suelo de mármol contaminándolo de sus enfermedades, perversiones y permiten la huella eterna de su saliva impregnarse hasta que un dulce astro evapore sus fantasmas, su πάθος . Dejar este residuo al desconcierto de la ética urbana ha sido también, un modo de rechazar los estándares en las leyes sociales... el actor vive bajo su propia sangre. Sí el mundo se quema, a ellos podrá servirles para encender orgías; el mundo teatral rechaza las ideas conservadoras de Sintios y Pintia pero aún vive de su talento. El arte escénico es un ser cínico. Un ladronzuelo de risas que crítica cuando su público hincha sus rostros y deforma con muecas la gracia de los movimientos del sujeto actuante, ama señalar y eso hace que Pintia, hoy, decida renunciar.

agosto 23, 2011

(1:33:1)

Antes del Sueño

Mi nombre es irrelevante, la noche devora con las pérdidas que mi persona sufre bajo la desaparición del suelo que me protege; el viento me somnolienta, la fuerza más destructora me jala hacia mis adentros, me aplasta los pulmones y no me permite expresar susurros de ausencia en el nombre de nuestro Dios. De nuestro exiliador.

En este lugar la noche es perpetua, no estamos en vida ni muerte. Y a pesar del nacimiento de muchos soles, el cielo se mueve bajo la oscuridad espacial del cosmos, se expande hasta permear los pensamientos del hombre presente.

Las estrellas son las compañeras de cada alma desolada por los jardines del templo, el aroma a madera se distingue como lo propio del lugar, a través del miasma producido por granos y sentimientos; la esencia permanece, marcando un estilo que no quiere desaparecer. Es la perfección de poco hogares como este los que hace que nada quiera dispersarse lejos de su aura, de la aurora que emana la visión del constructor de sueños.

Nuestro mundo es amplío tanto como el pensamiento se estire y se permita comprenderlo.

El silencio es la virtud del hombre ante el respeto de sus propias circunstancias.

El ruido es el elogio a la acción, la que demuestra que el respeto de lo metafísico necesita doblarse para sobrevivir.

Eso explica la razón sobre lo irrelevante de mi nombre ante tanta divinidad elevada sobre nuestra mortalidad.

En la raíz de este universo comienza mi pena, tan insignificante en el acto total es, quisiera que los dolores fueran igual de diminutos para aprender a dejar ir, soltarme de este mundo y no pensar más. Hacer de mi camino una composición perfecta. Odio tanto lo que me rodea... No poder controlar la tierra que se desborda de mi cuerpo.

Ser un muro donde nada se le permita pasar, los sentires son inmundos y efímeros, si pudiera borrarme.

Por eso he decidido escapar, necesito los lienzos de nuevos pintores, las botas del viajero, la tempestad del guerrero, la fortuna de lo incierto y el trazo de un mapa pues no sé que hacer.

Un exorcismo al pecho, una purga de celos.

Este mundo se vuelve pesado por cada letra... todo se perderá por mi culpa.



V.







(1:32)

Antropomorfismo


“¡Rompemos con todo lo que no representa de nosotros!
Podemos ser la herramienta temporal de tú soledad
ya no importa saberme un puente a tu felicidad”

Lucrecia llora y llora pero sólo me abandona...
la quimera volante quema tú pasado y no otro
y yo escribo sin líneas temporales un hospital
para tus tormentas un espectro como ejemplo
o el Dios Antiguo
soy tu creador.

Dolor tiene un nombre dado con sangre y recuerdo.
El silenciador es mi trampa para transformar
la sanidad del viajero, Maestro de Almas
creador y protector de metáforas.

“La soledad reina en mi, la tinta como consuelo se ensucia,
el blanco del papel y ustedes, no me hablan...
no existo, para tales ironías soy un desierto,
la tierra utilizada para sembrarles.”

ENTONCES SABES DIFERENCIAR LA DEFORMIDAD DE MI PENSAR EN CADA PEQUEÑA LÍNEA, EN TUS ESTRUCTURAS Y TRAMAS, TÚ ARGUMENTO ES MI TRISTEZA COMO EL INFIERNO QUE CONLLEVA MI OMNIPRESENCIA, TU CREADOR NECESITA DESTRUIRNOS, CONSTRUIR Y MODIFICAR.

“¿Podrían existir apologías?
Sí mi sufrimiento se vuelve el suyo y duelen por mis propios dolores,
es la única condición de su existencia”.

(1:31)

Lo que nos separa


Sí. Existe un lugar donde nuestros espacios ocupan, es el aire, la esencia o la aceptación de lo que somos realmente. Un sombrero viejo y el pequeño secreto que guardan nuestros labios, en las líneas donde podrían escaparse palabras sádicas o suspiros de pasión, somos un continente partido en dos.

Tenemos sangre corriendo como guerra en nuestras venas, una rabia ajena a las diferencias escritas como un dogma entre los dos y las afinidades, el terremoto inducido por la discordia del plan maestro: Tú y yo separados.

Pequeña noche... tenemos hoy para escondernos bajo almohadas hermanas y preguntarnos sí los dos sentimos lo mismo, sí los dos nos debemos lo mismo. La tiranía es el eje de soledad que gira para ocultarse por los corredores del secreto. Una orilla para tu tierra y la otra para mi cielo.
Lo que nos separa es el mismo fin, la esencia que nos individualiza. Lo que nos fusiona. Lo que nos colecciona en unión.

De Aurora para el sino.

agosto 01, 2011

(1:30)

Las Luces del Siglo





Algún buen día te sentarás junto a mi, podrás recargar tu cabeza en mi hombro mientras sólo escuchas mi voz cansada, mi voz ronca por todos los segundos que tuve que aprender a callar... pero estarás conmigo... sin estar ahí, millas lejos, vidas futuras, pasados hermosos o estarás, no te habrías librado de mi.

¿Te gusta el color de un atardecer naranja? ¿La madera de la casa? ¿La manera del futuro que se nos volvió blanca? Yo sentiré... tu sentirás mi respiración, el corazón tomando aires en cada pequeño paso.
El fruto de semillas con nombre de motivos... Estarás ahí... el último día te leeré... para que por fin comprendas que las luces del siglo no siempre brillan, ni queman los ojos. Muchas no iluminan el camino del tiempo y ni el tiempo puede conservar su uso, nuestras luces son y serán...

Abriré un cuaderno antiguo con colores parecidos a nuestro cielo,

El viento soplará suavemente parecido a melodías del inicio... que refrescan, las luces de los cien años que nos llevaron a estar juntos...

Te platicaré de los pequeños detalles de mis ausencias, los momentos en que desaparecí para recrear tus nuevos motivos de espera, “no sé si puedas entender cuando nunca me has dado respuesta” Me verás a los ojos con un disgusto que suavemente se ilumina en sonrisa, “las respuestas alguna vez fueron palabras hasta que el Dios del silencio actuó para mantenernos unidos”.

Las luces del siglo, muchas veces se apagaron y no podíamos ver el siguiente movimiento de las piezas de nuestros nuevos días, las luces eran creciente sed de conocer y aprender, era hambre de trascender y no permitir que nuestra persona se volviera el polvo al que todos estábamos destinados a ser.

Un perro ladra..
El ave mueve sus alas...
El tiempo no se gasta...

“Te he dicho que tú me haces falta”

Cierro el libro... tu mano arde abrazando la mía. Pero al fin una de las dos se enfría. Las luces del siglo.

julio 28, 2011

(1:29)

A veces/nunca lo pienso aceptar

Este puente que recorre los pensamientos mientras mi cuerpo se fusiona con la luz de una salida... me ha demostrado que miento...

Pero me he sentido cómodo tratando de hacer un mundo en caos.
Eso es lo que me ha definido, todo momento que me extralimita al fin.

Tan sólo tengo una real apreciación del eco que me has impregnado... es amor.

Porque sabemos que te fuiste del árbol pero regresaste en forma de lluvia para caer en mis manos.

Y no... no soy tu momento precioso... quisiera haber sido ( ¿o aún serlo?), es que como gotas te resbalas y humedeces para quitarme una sed que nunca podré saciar... pues te diluyes.

Te miento por tantos motivos... para que no reconozcas mis heridas... los ojos vacíos o el cansancio de mis pensamientos... te miento porque nunca seré perfecto hasta que perfeccione un caos... tenerle un orden y moldearlo en utopía...

Sin embargo, mientras profundo el abismo coincide y existe la continuación de nuestro abrazo... no fue el fin de tu existir en mi vida, es el momento de revelarnos indestructibles al calor de tantas primaveras.

Vuelvo a mentir... nunca te conocí por completo... no sé cuanto ocultaste y quienes ocultaste de mi. Pero tu tampoco supiste de mi si podía permanecer un minuto con un pensamiento distante que no susurrará tu nombre.

Ahora miento con facilidad... necesito ocultarte lo que en mi pecho es fuerte y tu nombre grabado se conserva en infinitos tu celeste rojizo.

Este puente que recorre los pensamientos mientras mi cuerpo se fusiona con la luz de tu duda... me ha demostrado que mientes.

julio 27, 2011

(1:28)

Aurora


Sí esta es la única solución a mis momentos de dolor prefiero que sean con tu nombre.
En ti no habrá verdades ni respuestas, un toque de vanidad es pensar que tu me escuchas...

Te has ido, mes ... por cada mes tu me has mantenido con un hilo desprevenido en tus labios... me rezas pero no soy tu Dios.

¿Recuerdas el sentir infantil en nuestro primer abrazo? ¿Recuerdas como tus labios tocaron con miedo a los míos? Te pregunto tanto pues un día desperté y te habías ido.

Pobre ángel solitario... tu crudo atardecer no descubro como purgatorio sanas... ilumina una razón por mis pasos en tortura y redención... tu espíritu encontré... el amor corroído enfrenté... tu silencio desfigurado me lastimó mi alma... el blanco matiz del hospital sólo llamó a mi dolor... mi paz.

Eres mi fantasma... un gran manto que no me perdonó haber dejado, tú eres mi búsqueda... pero ahora se que no te encontraré aquí. No en este limbo que parece no tener fin.

Aurora. Tengo un color que me recuerda a ti... lo conoces. Tengo mil palabras llenas de infinito para ti... lo has leído. Tengo tanto que decir... lo has renunciado.
Al final siempre estuve solo con una idea, no quise creer cual sería el fin, de ese último momento donde tus ojos brillaron por mi. Ahora si los veo serán opacos.¿Qué más podré decir? Si el humano muere que la chispa que nos une no se ahogue, es egoísmo el mío al contar los días que pueda brillar el sol por un sólo nombre.

Me fui porque no tenías nada que decirme a mi. Me dejaste en aquel pequeño árbol... me sentí el huérfano de tus brazos, un niño confundido cuando enfrenta el camino sin regreso... perdí todo.

Confundido por no saber aceptar las cosas que van más allá de mi... por no saber como dejar ir como lo hiciste tu... y nunca me avisaste... en los pocos segundos que estuviste llorando conmigo...que lloré por ti y lloramos por lo que sabíamos tendría un fin. Te lloré tanto que entendí lo que significaba vivir sin ti.

Y el dolor en el mausoleo como quimera te reflejas pues me das miedo, me aterra verte y enfrentarte.

¿Qué sucede después de la aceptación? Contemplación...

Tu rostro sucio por los males que te brindé... y el mío también, nunca te dejé caminar por el lodo con los pies desnudos.

Te permití cruzar toda aquella oscuridad... pero tenía que quedarme atrás. Era la única forma. ¿Siempre lo supiste verdad?

Mi Aurora... ya entendiste que tu nombre es una función. La protección de mi mente aquí. El hogar donde oculto mi cabeza de la lluvia.

El monte del silencio... el sueño del alba.

(1:27)

Mis muros


Cuanto guardo en mi para dejarte afuera de mi
pequeños hoyos son ojos al mirar que hice sin ti
ya no es momento, sin lugar o motivo el tiempo fue
una rama construida por lazos de ingenuidad.

Silencios...palabras que se sustituyen con otras palabras
es el no ruido de la evasión lo que perdurará un amor
mis muros son heridas, son hallazgos y aceptación.

Aceptación de largos días en contemplación del mar
de pequeñas depresiones que amarran el corazón en lecturas
en versos diseñados para no merecernos una coma... lo acepto.

Asesinadas fueron mis costumbres por sentir un universo
de estrellas que fugaron en tantos amaneceres y destellos
para recostarse junto a Junio y a la Luna... Gloriosos.

Tengo miedo del propio cuerpo que se entrega...
al muro de anomalías de un recuerdo.

Es mejor irme por el viento... hasta llegar al fin.

julio 21, 2011

(1:26)

El final del camino


Antes de llegar aquí, al muelle y al mausoleo... mucho antes de cualquier viaje... hubo un sueño.

Fue el final del camino... no, no fue muerte ni renacimientos... pero tuvo finalidad.

Mi pregunta seguirá siendo el propósito de la misma.. ¿en realidad he de necesitar cuestionar?

Me he dado cuenta que a pesar de toda duda nunca he tenido un motivo para detenerme... algo me lleva.

Blanco. Silencio. Paz. Es el final.

La puerta fuera del hospital esta enfrente de mi... he curado heridas invisibles.

He logrado salir...




...hay algo detrás de mi...

(1:25)

Sirenas


Tuve que tomar un descanso,

Tantos recuerdos perduran en el hospital que mi mente y ojos prefieren esconderse...

Pero hay memorias, esos destellos que de alguna forma toman importancia en el centro del sueño...

La guerra...

Los recuerdo más perdidos de mi infancia son esos... el exilio... el final.

Mi familia acabada por las balas y el fuego de la violencia...

Humanos... nacemos destinados a herir... el derecho no existe...

Y las cicatrices en mi cara me recuerdan al destello de vidrios penetrando la carne, el dolor agudo que iba siendo devastado por el dolor más temido... originado por las figuras de mis padres azotados por fuerzas inhumanas, proyectiles que no tenían el rostro suficiente para mostrarse y admitir el genocidio.

Mi cuerpo rojo... mis piernas quemadas... mis lágrimas negras... el pensamiento o instinto... correr...correr...¡Debo Correr!

Las burlas de voces graves a mi figura, los disparos que me perseguían, el concreto lastimando mis pies... la sangre se volvió parte de mi naturaleza. Un volcán nacía en mi... en mi piernas.

Un mundo dejó de ser existente... sirenas, las sirenas me cantaban con su clásico peligro... venían por mi, venían por lo poco que quedaba de un niño... Aurora...

(1:24)

Sigilo

Te he visto leyéndome, buscándome entre cada página de las rutinas que vivo con el motivo de saber quién podré ser, los motivos no me interesan pues no me pertenecen, ahora se que desconozco porque te desapareces.

Nadie me ha dado las razones de escapar por la noche como contigo lo he hecho, esperando el amanecer y nunca más verte. Tu sonrisa es un secreto pero lo es también tu nombre a las orillas del muelle donde mi pasado se carcomía al presente. Todo lo que odias y no estas de acuerdo me es diferente a mi simple brillo esencial que puedo colorear con la silueta perfecta de tus labios.
Una nueva sensación prohibida.

Pero no te reclamo como algo que será eterno a mi, no te necesito si en verdad observo que la vida me tiene sin cuidado y con recelos. No te posesiono porque somos tan oscuros, tu mi vida tienes el alma partida bajo los descuidos de redacción de un escritor que te plasma creyéndote con una sonrisa, yo por mi parte me hundo en fuego para renacer sin temor al espacio o distancia que no nos permita más vigilarnos.

Te he visto con tus ojos a los mios y no tengo modo de expresar de que color son cuando me enamoro.

Carta de un hombre a una dama en amores

(1:23)

Acompáñame a la Verdad



Que mis pasos son vacío en los pasillos de un blanco y viejo mundo de enfermedades, ahora entiendo que toda la piedad anteriormente representada en el mundo no podría satisfacer a un Dios creador de la misma mortalidad. El tiempo no tiene respuestas ni siempre un movimiento duradero, tal vez no existe el sentido de transición de horas o minutos... ni siquiera debe existir el tiempo.

La mortalidad del ser se pierde a través de sus funciones, del óxido de las capacidades en la vida y la transformación a nuevas modalidades a los ojos de la misma tristeza. Este hospital me revive al ejemplo como si todos mis pensamientos fueron escritos en las camas donde reposaron historias y tuvieron olas las lágrimas...

Imagino los rostros de vidas caídas y nuevas esperanzas aguardando que el polvo se vaya para ser desenterradas. Muchas más ideas atraviesan mi cabeza, quiero censurarlas cuando acepto que el hospital no es un centro de piedad sino una cárcel de torturas y tormentos; los muros recubiertos por los rostros desfigurados de seres desconocidos, colocados por el artesano más metódico e inhumano: El Silenciador. Rostros que son invisibles pero observan mi sudor y el pequeño sonido de mi respiración al ser sofocada por la intriga de la soledad en la que me encuentro.

Vuelve a mi el pensar del tiempo, el momento en que mi alma logrará caducar para que toda esencia se pierda; así fue como las memorias de Aurora se dispersaron a lo largo de mi cosmos para dejar estrellas en el trato cercano con la experiencia. Pocas cosas quedan en mi resueltas pues se han ido convirtiendo en pequeñas dudas insignificantes, los sentimientos hacia mi pasado más próximo se adolecen en cada paso que me acerco al final del hospital ¿Esta será la respuesta a la misma pregunta sobre la función y la existencia? Muchas funciones han dejado de ser pero prevalecen, el tiempo ha dejado de servirme, Aurora también... pero sigo creyendo en los rastros de los polvos invisibles que me acercan más al mismo purgatorio.

Acompáñame a la verdad, esta noche (si se podría decir noche) no ha sucedido nada, quiero saber cual es el propósito de mi nueva vida, del nuevo tiempo que me persigue en los oscuros pasillos del Aedes.

abril 13, 2011

(1:22)

El momento donde el Vir sintió arrepentimiento


Lucrecia tenía muchos rostros y muchos sentimientos,
era un torbellino violento a los ojos cansado del vir;
un hombre respetado, educado con la dignidad de un sello,
de circunstancias crucificadas en su alma no podía,
no toleraría los silencios y los gestos cambiantes
de su amada; ya no era Lucrecia, pero si era la misma
cambiante mujer, con vidas chocantes a la intención
de un hombre enamorado de la necesidad de consuelo.

La muerte del vir fue la espera, rumores explican.
Fue el preámbulo de una paciencia mal usada,
la creencia en una diosa auto proclamada santa,
de lo impuro que puede ser una verdad, una...
confesión humana.

Entre amantes, compromisos, motivos,
deseos, ignominia, defectos, virtudes,
encantos, excusas, omisiones, bailes,
besos, caricias, pasiones, desconocimiento,
orgullo, indiferencia, mentira, amor y
vacíos. El aliento del fuego se convirtió
en verde con el acto último de sonreír
a los labios invasores en la vida
que hubiera, si las temporalidades sirvieran,
evitado.

El vir en su suspiro más misericordioso
abrió los ojos en una noche para
volver a cerrarlos como un...
ciclo universal para...
devolvernos... a la vida.

(1:21)

Aedes

Cuatro paredes. Gastados por cuadros invisibles. Vestigios de su verdad, descritos por clavos. Orificios intencionalmente creados. Puntos constantes en la progresiva línea de la humedad. Cuatro paredes. Ventana dibujada por lo que fue alguna vez necesitada. Algún espíritu, algún tiempo, algún asomo. Niebla visita desde los cielos, visita mis ojos, pertenece a una luna que respira somnolienta por medio de las hojas. Silencios. A través del vidrio sumiso pequeñas tiras de su vestido bailan al ritmo de juegos más allá del cuarto. No estoy solo.

Manos amarradas. Siento el roce hiriente del cuero entre las muñecas. Mi respiración se exalta. El cuarto es un gran vacío. Un eco fugaz que logra alarmar mis sentidos. No hay más heridas. Percibo éste nuevo sueño, no hay regresos donde me pueda sostener para no perder la cordura. Detrás de mi, la pared parece romperse, rápidamente doy la vuelta. Mis manos al toque distinguen un cuadrado, un hoyo con el tamaño suficiente para que mi cuerpo se arrastre. No hay viento que circule, no es un ducto. Es algo intencionado. Una húmeda oscuridad, infinita, ansiosa de tragarse la voluntad del quién se entregue a un recorrido que fertiliza el espíritu con el amor de la desesperación. Mi cuerpo se duerme, ya no quiere ir hacia la oscuridad, estoy perdido.

¿Cuantas vueltas he dado? ¿Cómo regreso? No hay sonidos, no hay nada... mi rostro se convierte en llamas, ahora llueve... no puedo más... quiero morir. Cierro los ojos. Me rindo. He perdido, no quiero, no aún no, abro los ojos, grito hasta lastimarme, la cabeza pierde la razón y con todo mi cuerpo me arrastro, como una rata, su rabia y hasta el hambre. Se rompen los pasillos, el piso tiene vida, un golpe en mi frente... aún no entiendo que pasa... es una puerta... descanso mientras suelto casi desgarrándome carcajadas... ¡Es una puerta!
Abro sin precaución la pequeña oportunidad de escape...

Un nuevo cuarto... una cruz al frente de mis ojos con un nombre irónico... ahora lo entiendo, el motivo infame del pasillo...
Hospital Pietas Aedes (El templo de la piedad), me levanto y con mis dos manos amarradas me despeino en una fuga de inhumanidad...nuevas carcajadas...el infierno es la mente misma inyectada por temores.

febrero 21, 2011

(1:20)

El silenciador

Tocar la húmeda tierra con los dedos fue encontrar la explicación a muchas de mis preguntas,
a pesar de mis delicados alientos a través del espacio tan lóbrego que cubre los pequeños árboles,
la noción de la marea logro arrastrarse entre los recuerdos de una muerte y los diecinueve pasajes,

Los pasos de una nueva oscuridad carcomen las hojas secas de tus recuerdos; son llamas al toque de su feroz queja... de los murmullos... salido de las comisuras cocidas de un deseo parido por el error y el prejuicio...

De los ojos inyectados del tormento de miles de agujas, cada cavidad sucumbe al asco de las entrañas, del fétido mar de las desilusiones... hace con su mirada renacer el polvo y el hueso de nuestros pecados, agita nuestra sangre hasta reventarnos...

Su piel recubierta del lodo se percibe deforme ante la figura de un cuerpo con movimientos y músculos desconocidos, hecho del extracto más grotesco por nuestras lenguas viperinas...

Su brazos son dos largos cuchillos creados por la sangre del engaño, por los falsos héroes, asesinos y rocas que construyen los imperios...

El Silenciador... es el padre que no conoce... es la respuesta de una madre sollozante... es el hijo rencoroso... es tu propio odio... soy yo y los demonios del pasado.

Mis piernas se doblan hacia la tierra, que fue minutos de honestidad, pues el Silenciador se reúne conmigo...pierdo el sentido del tiempo, su cuerpo sin movimientos bruscos logra acercarse a mi... su cuchillas acarician mi barbilla... y cada vez que lo hace, agudos dolores provocan la sangre de mi rostro... caliente y sucia... el miedo es descomunal; el sufrimiento se presenta a mi para conocerme en mi totalidad, por los pocos minutos de su tacto el mundo se convirtió en el rojizo acercamiento a la muerte. Silenciador trabaja... nos calla, mientras ejecuta el tiempo se asusta y para... Silenciador es un ángel tramposo enviado por algún cielo despiadado... es el cáncer o la interpretación de los cantos divinos... es un Dios desfigurado...