marzo 08, 2010

(1:18)

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El poemario de Magdalena


Hija del cielo, del reino que pronto vendrá
susurra como los muertos saben no podrán
besa la luna... hija mía... que se acaba la noche
que la luna siempre en el día muere sin conocerte
hija mía ten el coraje de volar
las estrellas te quieren robar
brillo, brillo, brillo, brillo
miedo, miedo, miedo, miedo
tu luna sólo es una vez en la vida, una vez,
es la fortuna de miles mirar todo el cielo
Yo, perdí la luna por pensar en el sol
por todo lo que creí en falta de amor
y si yo no pude sanar es tu tiempo
tu lugar para arreglar tu astro... tu árbol
Hija del cielo, del reino que se ha ido
has dejado ir a la luna de nuevo
ha muerto... ¡Hija mía!

(1:17)

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El valor del pasado


En el momento de pasar las hojas de mi infancia a través de las páginas de mi antiguo libro de leyendas... entre el polvo y la distancia de mi secreto, encuentro el amor de Ilmel... como la solapa de una historia no terminada y la daga ensangrentada del desdén... ya no puedo, pues mi memoria es repentina e involuntaria, renombrar todas las líneas exactas de la leyenda*:

Y entre el mercurio del sentimiento más uniforme, miles de ríos cruzaron como peces alimentaron el amor de múltiples corazones...Los bosques conocían como un amanecer el aroma de la diosa Ilmel... y la tempestad de Casiopea por el remolino imposible de su amor(...) Sobre todas las cosas se olvidaron de ellos por la dedicación de un bien... como el hombre y su maldad o el desperdicio de las aguas de un mundo ya fantasma... valoraron todo lo que no tenía curso y remedio pero desvanecieron las razónes... se escondían por objetos, por las circunstancias de la imposibilidad... nunca cumplieron su sueño... ni la primavera los reunio, la muerte y el caos de(...) Y ella lloro para hacer entre mucho los lagos del frío mas ártico... (...) Su amor floreció sin ellos en los puños y letras de las ninfas (...) ella arrepentida quiso revivir a (...) arrepentida de no poder abrazarlo y sentir sus labios (...) Aprendio el valor del pasado... ¡oh Ilmel!

(1:16)

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Fotografías

Recuerdo tu albúm de fotos... toda tu vida... toda y sin mi... es para perdonar las entregas de mi hambre o la desesperación del blanco y negro... porque yo no aparezco...
Es el paralelo de una realidad inexistente o impregnar la única que si existe... mientras mi camino sigue hacia el siguiente muelle, en los montes del silencio, me acaricio el rostro para secarme las gotas del sudor frío... sólo para darme cuenta que sigo a Caronte para aparentar salir del limbo... aún mientras pasan los recuerdos que se habían diluído siento que siempre me hiciste falta... como predecir mi soledad cuando yo ya la tenía... ni todos los santos sabrían responder las cuestiones de la estructura de una promesa dirigida pero nunca fundada... tus fotografías muestran... mostraban que mi permanencia era voluntaria pero inexistente como fantasma entre las comisuras de tu sonrisa... o los ojos brillosos ... del reflejo de tu felicidad... y las palabras no existen ahí... solo el realismo y la prueba ... fotografías tan sacudidas y aparentadas... y por ellas puedo deducir el silencio de tu monte ... a donde iré... tal vez ahí vuelva a olvidarte Aurora... pero lo que siempre supe es que tu nunca pudiste dejar de amarme a pesar de que yo ya no estuve... te mentiste... y el piano siguió tocando... ¿para que sirvieron los tormentos? Nos dividiste... ¡oh mi hermoso monte! ¡mi arte tan exacto! ¿Que hubieramos sido...? ¿Que hubieramos logrado? Si tan solo difuminarás la proyección del realismo... y pudiera leerte entre líneas... tal vez me dirías en ellas... "Ésta es mi realidad, aquí pertenezco por eso no te poseo amado... porque amo mi estadía... mi felicidad aquí..." Yo sigo remando ¿sabes?

marzo 05, 2010

(1:15)

(1:15) Testamento


Mi creador ya era viejo,
Entre un cierto acertijo
Una hoja sucia me dijo:
Yo solo sé que te quiero…
Dime si seré parte de la historia
Una reliquia en el sobre tuyo
Palabras que pudieron dejar gloria
Residuos de aquel capullo
Si muero solo si lo hago,
Agarra todo el silencio
Para atraparlo en el lago
Ya que soy muy tonto y necio
Mis manos te acarician
Pero solo te lastiman
Mi testamento tan efímero
Los pocos años del infierno
El minuto que estuve en tu cielo
No hay mejor recuerdo que tu miedo
Por pelearme contra los celos
Y ahora estoy lejos…
Mi futuro lo leo… leo
Pero no comprendo
Tengo…
Tanto miedo.

marzo 04, 2010

(1:14)

(1:14)
Inclúyeme
La última palabra que acarició en los labios de Aurora me decían con pequeños sollozos:
“Nunca he de ser feliz amado silencioso sin ti y si no estás yo aparento entre abrazos y besos la soledad de mi alma a tu partir” [SIC].
Amor mío ya no aparentes… que es mejor incluirme… invadirme con los detalles que tienes en toda una vida para quererme… no hagas lo mismo… haz el minuto.
Los espectros ahora atormentan mi camino hacia el silencio, el bote se marchita*, la madera me grita piedad, se hunde tan profundamente y yo no quiero, con desesperación muevo el remo con tanta velocidad que en el momento más importante se quiebra… he sucumbido… glorifico mi dolor…
Me siento resignado a esperar el movimiento tranquilo del agua… a donde voy es a donde tú vas… pero es el silencio… es lo intocable… es el recuerdo de los niños que éramos lo que nos hacia puros, eran uno y ese uno no era número sino posibilidad, oportunidad… escucho tus sollozos… y los míos desde el presente hasta no incluirme en tu página… en plegarias…

*Referencia al cáncer que avecina en contra del amor

(1:13)

(1:13) Mi carta

Esta es mi carta, el frágil dedo que guiará tus bellos ojos en mis tristes líneas, si alguna vez tuve la oportunidad de mostrarme es ahora que yo, el Vir, me avergüenzo con tus lágrimas.
Te podría decir mi corazón que si pudiera, desaparecería antes de aparecer en tu vida; como un singular viento incoloro a través de los modos: respirar, aparentar y contentar. ¡Ay amor! ¿Cuánto silencios hemos de aguantar para poder abrazar? [No hay tiempo ni fecha para mí en tu presente… pero aseguras mi estadía] Dime amada mía que mañana todo estará bien, pero no lo es, ¿Qué no hay un genio? ¿No hay un dios o milagro para que me cumpla mi deseo de poder amarte? Esto es prohibido como hablar de ti enfrente de mí y tratar de conquistarte… amada mía, tanto he de necesitarte que no es necesidad sino amarte…
Pero mi tiempo se acaba, o parece ser que el temporal mes de nuestras vidas se oscurece, atardecer negro y yo pensando si esto nos hará unirnos para no separarnos… el tiempo se nos ha pasado flotando y sin darnos cuenta nos vamos muriendo… ¡Entonces mátame! Que me desgarro con el sentir vacio de la ausencia de tus labios que son nubes, con el fantasma de tus manos y el espíritu de tu persona… es desesperante esperarte pero mucho más perderte por la intranquilidad de mis aguas, mi paciencia es el tormento.
Ángel mío… cuídame por favor, si no estás tú… que me cubran las hojas de un árbol muerto y la lápida de miles de recuerdos… mi carta es mas el silencio de mis plegarias… ¡por dios! Solo deseo besarte de nuevo… besarte para decirte por siempre…