“El
caballo de jade en tus pesares”
El pequeño corazón que sufre amigo mío, tuyo. Lo cargan rocas
por la mar, por sales de una estrella que flota hacia arenas se nota;
¡ay silencios! Hay de nuestros viajes tan sólo una amarga trama con
largas sábanas cuyo misterio reside en el orgullo femenino. Ella es
el caballo de jade en tus pesares, en tus pendientes días y horas
silenciosas, ella es tu creación y la única sabia razón de tu ???.
¡Ay lamentos!.
Amaneces hiriente corazón de hielo
afilas las hojas con palabras secas
Yo, Sintios, conozco a tu Aramea; ojos de nube y guiño de sol
no aflijas tu espíritu, no lo tapices más con memorias de
alcohol
Amigo, no montes caballos en llanuras secas, no juegues con
piedras.
La luz de nuevos días, la niebla se disipa, vuelve a ser Pintia.
Regresa a tu mundo de obras clásica y versos diseñados al cuerpo
humano, descubre los movimientos y las simetrías perfectas de los
bailes en el escenario; nadie tiene tu visión divina hacia los
gestos que necesitan soberbios silencios para explotar en un vapor de
voces ahogadas y miradas exorbitantes, nadie tiene el oído para
percibir los momentos finales de una vida acosada por el placer,
nadie Pintia.
Que no te asuste el presente hermano mío
no cedas a los muertos tu miedo,
Las reglas nuevas que preceden a las nuestras
no necesitan ser atendidas maestro,
vuelve y concluye tu vida en el escenario
vuelve y concluye tu vida de intermediario
vuelve e inicia tu vida como un eterno
resplandor en el jade del galope hermano
Sólo Vuelve para no ser
olvidado.
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