“Sol no esta hoy”
Ahí esta el Vir. Con su caballo galopeando el monte , buscando a
Lucrecia, sí él supiera las intenciones del Círculo Lunar para
sobornar el destino... hoy nació el primer demonio, hija de un Dios
callado. Su madre fallecida sobre la madera del suplicio a venganza
del pueblo que amó; que dio su carne y su fe para alimentar. La niña
creció aprendiendo a dar noche, motivando los sueños y a todo poeta
que en las sombras enloqueció. Ahí esta el Vir. Besando el cuerpo
dorado de Lucrecia; el pergamino de sus pechos a sus ojos. Lucrecia
con su labio acariciando la mano de nuestro señor. El verde camastro
envuelto en rosas, en vida muere bajo dos cuerpos divinos. Dos gotas
de sudor recorriendo el firmamento de amores, nadie escucha, nadie
observará. Nadie ha pensado en ti demonio, hija del mudo divino y de
la puta martirizada. No hay visionaria tan severa que pueda percibir
los sabores de azufre al rozar dos lenguas, mil árboles en rojo se
teñirán y las dagas hoy no se usarán. Ahí esta el Vir. Cargando a
Lucrecia, elogiando todas sus sorpresas. El Vir regresando a su
tierra de maderas, es posible que nunca vuelva.
Me pregunto yo, sí sol hablará a mí.
“Sol no esta hoy” la voz
detrás de mi susurra.
Pájaros huyendo, corazón latiendo,
tardes próximas, la unión del dolor con la sangre hirviendo, miedo,
hielo negro por las venas de mi cuerpo, terror nacido, suspenso
adentro, sol ha muerto.
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