julio 28, 2011

(1:29)

A veces/nunca lo pienso aceptar

Este puente que recorre los pensamientos mientras mi cuerpo se fusiona con la luz de una salida... me ha demostrado que miento...

Pero me he sentido cómodo tratando de hacer un mundo en caos.
Eso es lo que me ha definido, todo momento que me extralimita al fin.

Tan sólo tengo una real apreciación del eco que me has impregnado... es amor.

Porque sabemos que te fuiste del árbol pero regresaste en forma de lluvia para caer en mis manos.

Y no... no soy tu momento precioso... quisiera haber sido ( ¿o aún serlo?), es que como gotas te resbalas y humedeces para quitarme una sed que nunca podré saciar... pues te diluyes.

Te miento por tantos motivos... para que no reconozcas mis heridas... los ojos vacíos o el cansancio de mis pensamientos... te miento porque nunca seré perfecto hasta que perfeccione un caos... tenerle un orden y moldearlo en utopía...

Sin embargo, mientras profundo el abismo coincide y existe la continuación de nuestro abrazo... no fue el fin de tu existir en mi vida, es el momento de revelarnos indestructibles al calor de tantas primaveras.

Vuelvo a mentir... nunca te conocí por completo... no sé cuanto ocultaste y quienes ocultaste de mi. Pero tu tampoco supiste de mi si podía permanecer un minuto con un pensamiento distante que no susurrará tu nombre.

Ahora miento con facilidad... necesito ocultarte lo que en mi pecho es fuerte y tu nombre grabado se conserva en infinitos tu celeste rojizo.

Este puente que recorre los pensamientos mientras mi cuerpo se fusiona con la luz de tu duda... me ha demostrado que mientes.

julio 27, 2011

(1:28)

Aurora


Sí esta es la única solución a mis momentos de dolor prefiero que sean con tu nombre.
En ti no habrá verdades ni respuestas, un toque de vanidad es pensar que tu me escuchas...

Te has ido, mes ... por cada mes tu me has mantenido con un hilo desprevenido en tus labios... me rezas pero no soy tu Dios.

¿Recuerdas el sentir infantil en nuestro primer abrazo? ¿Recuerdas como tus labios tocaron con miedo a los míos? Te pregunto tanto pues un día desperté y te habías ido.

Pobre ángel solitario... tu crudo atardecer no descubro como purgatorio sanas... ilumina una razón por mis pasos en tortura y redención... tu espíritu encontré... el amor corroído enfrenté... tu silencio desfigurado me lastimó mi alma... el blanco matiz del hospital sólo llamó a mi dolor... mi paz.

Eres mi fantasma... un gran manto que no me perdonó haber dejado, tú eres mi búsqueda... pero ahora se que no te encontraré aquí. No en este limbo que parece no tener fin.

Aurora. Tengo un color que me recuerda a ti... lo conoces. Tengo mil palabras llenas de infinito para ti... lo has leído. Tengo tanto que decir... lo has renunciado.
Al final siempre estuve solo con una idea, no quise creer cual sería el fin, de ese último momento donde tus ojos brillaron por mi. Ahora si los veo serán opacos.¿Qué más podré decir? Si el humano muere que la chispa que nos une no se ahogue, es egoísmo el mío al contar los días que pueda brillar el sol por un sólo nombre.

Me fui porque no tenías nada que decirme a mi. Me dejaste en aquel pequeño árbol... me sentí el huérfano de tus brazos, un niño confundido cuando enfrenta el camino sin regreso... perdí todo.

Confundido por no saber aceptar las cosas que van más allá de mi... por no saber como dejar ir como lo hiciste tu... y nunca me avisaste... en los pocos segundos que estuviste llorando conmigo...que lloré por ti y lloramos por lo que sabíamos tendría un fin. Te lloré tanto que entendí lo que significaba vivir sin ti.

Y el dolor en el mausoleo como quimera te reflejas pues me das miedo, me aterra verte y enfrentarte.

¿Qué sucede después de la aceptación? Contemplación...

Tu rostro sucio por los males que te brindé... y el mío también, nunca te dejé caminar por el lodo con los pies desnudos.

Te permití cruzar toda aquella oscuridad... pero tenía que quedarme atrás. Era la única forma. ¿Siempre lo supiste verdad?

Mi Aurora... ya entendiste que tu nombre es una función. La protección de mi mente aquí. El hogar donde oculto mi cabeza de la lluvia.

El monte del silencio... el sueño del alba.

(1:27)

Mis muros


Cuanto guardo en mi para dejarte afuera de mi
pequeños hoyos son ojos al mirar que hice sin ti
ya no es momento, sin lugar o motivo el tiempo fue
una rama construida por lazos de ingenuidad.

Silencios...palabras que se sustituyen con otras palabras
es el no ruido de la evasión lo que perdurará un amor
mis muros son heridas, son hallazgos y aceptación.

Aceptación de largos días en contemplación del mar
de pequeñas depresiones que amarran el corazón en lecturas
en versos diseñados para no merecernos una coma... lo acepto.

Asesinadas fueron mis costumbres por sentir un universo
de estrellas que fugaron en tantos amaneceres y destellos
para recostarse junto a Junio y a la Luna... Gloriosos.

Tengo miedo del propio cuerpo que se entrega...
al muro de anomalías de un recuerdo.

Es mejor irme por el viento... hasta llegar al fin.

julio 21, 2011

(1:26)

El final del camino


Antes de llegar aquí, al muelle y al mausoleo... mucho antes de cualquier viaje... hubo un sueño.

Fue el final del camino... no, no fue muerte ni renacimientos... pero tuvo finalidad.

Mi pregunta seguirá siendo el propósito de la misma.. ¿en realidad he de necesitar cuestionar?

Me he dado cuenta que a pesar de toda duda nunca he tenido un motivo para detenerme... algo me lleva.

Blanco. Silencio. Paz. Es el final.

La puerta fuera del hospital esta enfrente de mi... he curado heridas invisibles.

He logrado salir...




...hay algo detrás de mi...

(1:25)

Sirenas


Tuve que tomar un descanso,

Tantos recuerdos perduran en el hospital que mi mente y ojos prefieren esconderse...

Pero hay memorias, esos destellos que de alguna forma toman importancia en el centro del sueño...

La guerra...

Los recuerdo más perdidos de mi infancia son esos... el exilio... el final.

Mi familia acabada por las balas y el fuego de la violencia...

Humanos... nacemos destinados a herir... el derecho no existe...

Y las cicatrices en mi cara me recuerdan al destello de vidrios penetrando la carne, el dolor agudo que iba siendo devastado por el dolor más temido... originado por las figuras de mis padres azotados por fuerzas inhumanas, proyectiles que no tenían el rostro suficiente para mostrarse y admitir el genocidio.

Mi cuerpo rojo... mis piernas quemadas... mis lágrimas negras... el pensamiento o instinto... correr...correr...¡Debo Correr!

Las burlas de voces graves a mi figura, los disparos que me perseguían, el concreto lastimando mis pies... la sangre se volvió parte de mi naturaleza. Un volcán nacía en mi... en mi piernas.

Un mundo dejó de ser existente... sirenas, las sirenas me cantaban con su clásico peligro... venían por mi, venían por lo poco que quedaba de un niño... Aurora...

(1:24)

Sigilo

Te he visto leyéndome, buscándome entre cada página de las rutinas que vivo con el motivo de saber quién podré ser, los motivos no me interesan pues no me pertenecen, ahora se que desconozco porque te desapareces.

Nadie me ha dado las razones de escapar por la noche como contigo lo he hecho, esperando el amanecer y nunca más verte. Tu sonrisa es un secreto pero lo es también tu nombre a las orillas del muelle donde mi pasado se carcomía al presente. Todo lo que odias y no estas de acuerdo me es diferente a mi simple brillo esencial que puedo colorear con la silueta perfecta de tus labios.
Una nueva sensación prohibida.

Pero no te reclamo como algo que será eterno a mi, no te necesito si en verdad observo que la vida me tiene sin cuidado y con recelos. No te posesiono porque somos tan oscuros, tu mi vida tienes el alma partida bajo los descuidos de redacción de un escritor que te plasma creyéndote con una sonrisa, yo por mi parte me hundo en fuego para renacer sin temor al espacio o distancia que no nos permita más vigilarnos.

Te he visto con tus ojos a los mios y no tengo modo de expresar de que color son cuando me enamoro.

Carta de un hombre a una dama en amores

(1:23)

Acompáñame a la Verdad



Que mis pasos son vacío en los pasillos de un blanco y viejo mundo de enfermedades, ahora entiendo que toda la piedad anteriormente representada en el mundo no podría satisfacer a un Dios creador de la misma mortalidad. El tiempo no tiene respuestas ni siempre un movimiento duradero, tal vez no existe el sentido de transición de horas o minutos... ni siquiera debe existir el tiempo.

La mortalidad del ser se pierde a través de sus funciones, del óxido de las capacidades en la vida y la transformación a nuevas modalidades a los ojos de la misma tristeza. Este hospital me revive al ejemplo como si todos mis pensamientos fueron escritos en las camas donde reposaron historias y tuvieron olas las lágrimas...

Imagino los rostros de vidas caídas y nuevas esperanzas aguardando que el polvo se vaya para ser desenterradas. Muchas más ideas atraviesan mi cabeza, quiero censurarlas cuando acepto que el hospital no es un centro de piedad sino una cárcel de torturas y tormentos; los muros recubiertos por los rostros desfigurados de seres desconocidos, colocados por el artesano más metódico e inhumano: El Silenciador. Rostros que son invisibles pero observan mi sudor y el pequeño sonido de mi respiración al ser sofocada por la intriga de la soledad en la que me encuentro.

Vuelve a mi el pensar del tiempo, el momento en que mi alma logrará caducar para que toda esencia se pierda; así fue como las memorias de Aurora se dispersaron a lo largo de mi cosmos para dejar estrellas en el trato cercano con la experiencia. Pocas cosas quedan en mi resueltas pues se han ido convirtiendo en pequeñas dudas insignificantes, los sentimientos hacia mi pasado más próximo se adolecen en cada paso que me acerco al final del hospital ¿Esta será la respuesta a la misma pregunta sobre la función y la existencia? Muchas funciones han dejado de ser pero prevalecen, el tiempo ha dejado de servirme, Aurora también... pero sigo creyendo en los rastros de los polvos invisibles que me acercan más al mismo purgatorio.

Acompáñame a la verdad, esta noche (si se podría decir noche) no ha sucedido nada, quiero saber cual es el propósito de mi nueva vida, del nuevo tiempo que me persigue en los oscuros pasillos del Aedes.